Como sociedad tenemos la responsabilidad no solamente de proveer a nuestros niños con lo básico indispensable como la nutrición, educación y medios para sobrevivir, sino que además debemos prepararlos para los retos que les esperan. 

Por ello es importante realizar inversiones tempranas que deben abarcar no sólo la salud y la educación, sino además la previsión para su futuro financiero.

La educación financiera va más allá de solo comprender los conceptos esenciales de ahorro, gasto, inversión y préstamos. Busca entregar un conocimiento sólido en los diferentes aspectos de las finanzas personales, incluidos los impuestos y el retiro. 

Saber algunos conocimientos iniciales sobre finanzas y economía es algo que les servirá cuando sean adultos.

Por ejemplo, tendrán una noción del valor del dinero, serán capaces de planificar y cumplir metas, así como de estar preparados ante imprevistos.

• Si los niños comprenden estos conceptos a temprana edad, podrán irlos practicando durante su crecimiento y les será posible navegar por el mundo financiero con mucha más tranquilidad en el futuro.
• Mientras más términos conozcan y en la medida que se encuentren familiarizados con ejemplos reales, más sencillo será que asimilen cómo funcionan las finanzas personales.
• Para lograr interesarlos en este tipo de conocimientos, lo ideal es que los aprendan a través de dinámicas que despierten su curiosidad, sean divertidas e interactivas. La idea es que sean ellos mismos los que busquen practicarlas.